lunes, 29 de septiembre de 2008

DE MAR


Compro mi vida
a plazos,

retazos de existencia,

extiendo sobre el suelo

mi cuerpo hecho pedazos,

veamos qué tenemos:

algunas piezas sueltas

salvadas del naufragio,

un balbuceo de palabras

inconexas,

apenas expresadas

y ya muertas,

un cargamento de

deseo insatisfecho y un edicto:

“condenado a muerte” _ dice _,

un torbellino de sueños

no cumplidos,

y una esperanza ciega

aún por estrenar,

por menudo quedan

algunos abrazos furtivos,

un amor que nació muerto,

y un disfraz de saltimbanqui,

_ ¿nada más?

_ nada más,

eso compro,

eso vendo, mi vida,

tan sin vivir

y ya vivida.





Mariano Ibeas

martes, 23 de septiembre de 2008

DE MAR...


92


Ojos abiertos de loco

o de poeta,

ojos desorbitados

por escudriñar más allá

de las sombras

por querer meter

el mundo entero

en unas cuencas vacías

por oír el canto nunca oído

de las sirenas

por escrutar en el aire

la vibración del viento entre las hojas

de los árboles

por pasear las yemas de los dedos

temblando

en los surcos secretos de la carne

y llevar prendido en los cabellos

una gota de rocío

y el abrazo del mar

y la ceniza de los huesos…


por no querer cerrar los ojos

ni traicionar el sueño

por acariciar las sombras

por alimentar las nieblas


por llamar a la tormenta

y convocar al rayo,

por poner una gota de sangre

en el ara del altar


por acogerse a sagrado

y por aceptarlo todo

y amarlo todo

y no querer despertar.






Mariano Ibeas

jueves, 18 de septiembre de 2008

DE LUZ ...


35





volverán tras de ti

con todos sus colores

las hojas del otoño:

nada se pierde,

todo regresa de nuevo;

con la gloria del ocaso

se encienden las tinieblas

y regresan de nuevo

_ otra vez _

en esplendor de primavera,

las hojas tiernas.

Devuelven el oro a la tierra

trasmutado el mineral surgente,

de polvo, tierra y cieno,

en vida.

La tierra es generosa

y nos regala

el árbol en flor,

la flor en polen,

el insecto en vuelo,

sólo el hombre encierra

la mezquindad en su cerebro

y paga con odio

­_ es su moneda _

siembra odio y la cosecha

surge de la tierra en vaharadas

de dolor y llanto

_ mala cosecha _

sólo el hombre cultiva la muerte

a manos llenas

en los surcos de la tierra,

y la tierra le devuelve,

generosa,

a manos llenas

los frutos de la vida.





Mariano Ibeas

viernes, 12 de septiembre de 2008

¿CÓMO AYUDAR?

¿Cómo ayudar?
Escrito por: Yoani Sanchez en Generación Y
Los que tienen el plan de viajar en los próximos meses a Cuba y quieran dar su ayuda solidaria, les recomiendo transportar en su equipaje algunos kilogramos para entregar directamente a los damnificados. Aunque todo puede ayudar a estas familias que han perdido sus posesiones, hay ciertos objetos y recursos que son prioritarios:

Pastillas para potabilizar agua.
Vitaminas, todo tipo de analgésicos, termómetros, curitas, sales de hidratación oral, jeringuillas desechables, algodón, spray para asmáticos, aspirina, paracetamol e hilo de sutura.
Ropa de todo tipo, incluso ropa interior y zapatos.
Material escolar, especialmente libretas y lápices.
Baterías recargables, linternas y radios portátiles.
Elementos de aseo: jabón, dentífrico, champú y cepillos de dientes.
Ropa y objetos para bebé. Recuerden que hay niños que se han quedado sin siquiera un biberón.
Una recomendación a tener en consideración: es preferible,siempre que sea posible, hacer llegar la ayuda directamente a los necesitados. Entrega personal o a través de amigos es lo más seguro.

martes, 9 de septiembre de 2008

DESDE CUBA ... TIERRA ARRASADA


La Habana estaba ya en fase de alerta ciclónica cuando regresé el domingo después de un periplo por Pinar del Río. Pocas veces me he alegrado tanto de ver los puentes elevados de la calle 100 y Boyeros, como después del desfile de estructuras destruidas que percibí en el occidente. A ambos lados de la carretera se podía comprobar el lugar por donde pasaron los vientos superiores a 200 kilómetros por hora, justamente en la zona entre Los Palacios y San Diego. La vegetación seca, doblada en la dirección de las rachas más fuertes y cientos de casas sin techo o en el piso. Hasta el resistente marabú sufrió con el huracán, más que con todos los publicitados planes para eliminarlo.

Gente llorando su suerte, con la casa en el piso y las fotos de la infancia destruidas por el agua. Un bicitaxista mandó a sus hijas a casa de una tía, porque no tenía dinero para pagar el costo de 9.70 pesos que exhibe cada teja de asbesto cemento distribuida a los damnificados. Desolación y duda ante un futuro que ya tenía tonos sombríos, pero que ahora se tiñe –con razón– del peor de los ocres. Cosechas en el piso, sin ninguna compañía aseguradora que responda por ellas. Efectos electrodomésticos comprados en el mercado informal que ni siquiera pueden ser declarados como perdidos, pues para el Estado nunca existieron.

La indefensión del ciudadano ante estos eventos climatológicos es apabullante. Un martillo cuesta prácticamente el salario de un mes y disponer de tablas y clavos es un lujo del que pueden hacer uso unos pocos. Sólo queda una opción cuando llegan los ciclones: evacuarse y dejar las pertenencias más voluminosas a merced del temporal. Lo más difícil de procesar para los que queremos ayudar es la ausencia de un camino civil que haga llegar las donaciones a las víctimas. Las estructuras de distribución del Estado no pueden despojarse de la indolencia y la mala organización que muestran en el resto de las actividades económicas. El camino de las Iglesias es escogido por muchos, pero le falta infraestructura y personal para llegar a todas partes.

La tarde de ayer domingo conversamos con los integrantes del equipo de Convivencia y otros miembros de la incipiente sociedad civil pinareña, sobre cómo llevar ropa, comida y medicinas a los perjudicados. Desafortunadamente, todas las posibilidades han sido desmontadas a lo largo de años en que los ciudadanos cubanos hemos perdido nuestra autonomía ante un Estado sobreprotector y autoritario. Si un grupo de personas pudiera acopiar ayuda, el problema sería trasladarla hacia las zonas de desastre y repartirla sin que una delación los haga terminar detenidos. De ahí, que la iniciativa más viable es el envío de dinero en efectivo, por parte de los familiares emigrados, a sus parientes en Cuba. Los que residimos en la Isla, y queremos echar una mano, debemos personarnos en las áreas devastadas y entregar directamente allí nuestras donaciones. “Cualquier cosa ayuda” me dijo un señor hipeando de la tristeza, mientras me enseñaba su casa –ya paupérrima antes del ciclón– y ahora en el suelo.

Y yo me pregunto:
¿Se puede ayudar sin que el régimen se quede con la ayuda?

sábado, 6 de septiembre de 2008

DESDE CUBA... CON AMOR


COPIO Y PEGO directamente desdel el blog de Yoani Sánchez:
http://www.desdecuba.com/generaciony/

El temor te ha llegado por contagio, pues la verdad nunca sufriste un interrogatorio ni te asomaste a los paredones; jamás fuiste víctima de una purga o te arrojaron un huevo a la cara. Quizás ni siquiera te llamaron a contar. Tu desasosiego te llegó de oídas, por transferencia, a través de otros que sí han tenido motivos para intimidarse.

Un día hiciste las maletas y cruzaste al otro lado del Atlántico, empacando también la porción de miedo que te toca. Tus hijos nacieron bien lejos de esta Isla, pero aún así les administraste su correspondiente cucharada de aprensión. Puede ser que no hablen español, que no sepan localizar en el mapa el país de donde viene su padre, pero si saben ubicar el miedo. Hasta ellos ha llegado la fulminante epidemia del temor, que no se cura.