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19.- Yo
me descubro lavado por la sangre
(De una cita de Olga Bernad)
Lavado por la
sangre.*
Del corazón que late
en la tiniebla
surge el
manantial
agua pura,
alfaguara de nieve cristalina
que se derrama por
mis manos;
tengo el poder de lo
claro y de lo limpio
sólo el dolor me
purifica y me limpia
por dentro:
mis manos son la
senda
y recorren muy
despacio
las huellas de tu
cuerpo
las que el recuerdo
me dejó,
impresas las heridas
en pardas cicatrices
que crecen hacia
dentro…
lavada por la sangre
ya no habrá más
dolor
ni llanto,
cuando al fin se
seque el venero de la herida
pura será la sangre
pura será la lágrima
que se derrama por
mi piel
y cuando llegue al
suelo,
cuando la tierra avara
la reciba,
nacerá la luz del
alba
y al paz se
extenderá a mis pies como una manta;
podré buscar
entonces
la salida del sol
y lo seguiré
despacio como un cachorro
ciego de fe en su
dueño,
ciego de amor
cegado en primavera.
Mariano
Ibeas



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