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16.- ...
late una serena lágrima despierta.
No será para ti un
círculo de fuego
el cielo estrellado
que te libre de las
sombras
y te traiga el suave
cobertor de estrellas
para tus pies
cansados;
no será el refugio
del círculo de piedra
que afronta la
llanura
viendo llegar al
peregrino de las sombras
y la luz de
atardecer;
no será el castillo
que te enroca
que cierra en la
muralla
la soledad recién
conquistada
y ya batida por el
fuego graneado de enemigos
al asalto
ni el reparo de
espinos que te cerquen
y te libren de
alimañas
no será un cubierto
en la noche,
un techado en la
tormenta,
una manta extendida
al sol
para tu calma en la
soledad del yermo,
ni el refugio de la
almohada…
vendrán a visitarte
cual fantasmas de la niebla
tus propios
pensamientos en tropel
y la lluvia de
flechas aceradas que te cercan,
como viejos
recuerdos en alerta, despiertan
y ponen sitio a tus
adarves;
con su cohorte de
diablos
vuelven las viejas
obsesiones
__“deja que los
muertos entierren a sus muertos”_**_
para tu desgracia
estás vivo
y no podrán acogerte
en sus dominios;
cuando una sola lágrima despierta,
tranquila y serena,*
aflore a la cuenca
de tus ojos
con el fuego de
cuchillo
marcará una vez más
tu rostro de surcos
apretados.
* De una cita de
Olga Bernad "Puro azar"
**
De una cita del Evangelio
Mariano Ibeas



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