viernes, 20 de agosto de 2010

PÁJAROS DE HONG KONG


Pájaros de Hong Kong

Los pájaros de Hong Kong
enseñorean la ciudad,
dominan desalados
el universo de rascacielos;
bajan con las nieblas y las lluvias
por las laderas del monte Victoria
y planean sin cesar como cometas.
Los milanos reales
del cielo de Hong Kong
__ kite = milano = cometa __
son cometas
que encontraron su libertad:
se rompió la cuerda
que les ligaba a los mortales
y elevados al rango
de los dioses
no quieren descender a tierra,
sólo planear en el aire
cruzando los cielos
sin cesar.

Mariano Ibeas

martes, 17 de agosto de 2010

PÁJAROS DE KOWLOON


Pájaros de Kowloon

Los pájaros fantasma
del parque de Kowloon
envejecen en sus jaulas,
bajo el dosel de los plátanos y los banianos,
languidecen
con el plumaje brillante por la lluvia
ante las miradas tristes
de los niños y los ancianos...
Sólo en el estanque de los patos
y las tortugas,
los flamencos rosa,
__ como rascacielos de pluma __
posan para los turistas;
orgullosos y libres
__ ora sobre una pata,
ora sobre la otra __
incapaces de volar
sueñan con ser libres,
libres al soñar
con lagos enormes de color de rosa,
un brillante lago rosa
en las costas de Dakar.

Mariano Ibeas

martes, 11 de mayo de 2010

DEDICATORIAS

DEDICATORIA


Yo no soy escritor, me ocupo simplemente en dedicar libros.
Me ofrezco para dedicar libros.
No quiero ser prologuista al uso, no, ni crítico o censor, o glosador, o escritor de reseñas para contraportadas o biografías de urgencia para colgar en las solapas de los libros en rústica.
No, nada de eso.
Solamente “dedicador de libros”, si se me permite la expresión; no creo que exista la profesión, al menos con ese nombre, ni que existan profesionales dignos de tal nombre, no. Incluso alguna editorial ha intentado vender los ejemplares ya previamente dedicados de puño y letra del autor. El sistema no ha funcionado.
Los autores de libros, cuando los dedican, son unos chapuzas; no dan la talla, no están preparados ni técnica ni física, ni psicológicamente para semejante tarea. Se les ve cansados, desganados, torpes, poco creativos y en general, se repiten hasta la saciedad en sus dedicatorias.
No hay más que observarlos en las presentaciones de libros y sobre todo en las casetas de las ferias del ramo. Nada que ver con un profesional.
Yo soy un profesional y escribo dedicatorias.
Me alquilo para dedicar libros en ferias, convenciones, presentaciones, centenarios, conmemoraciones o aniversarios de escritores vivos o difuntos… he perdido buenas ocasiones de trabajo en el pasado, en el año de conmemoración del cuarto centenario de la publicación de la primera parte del Quijote… de los premios Cervantes, de los últimos premios Nobel de Literatura, de los centenarios de Cernuda, Alberti, Neruda, Miguel Hernández, este mismo año... no he podido llegar a todo.
Sentado en un pequeño escritorio próximo a la caja registradora, observo a los clientes de la librería y mi ojo clínico de “dedicador profesional de libros” estudia con detenimiento a cada cliente… Para cada lector, y para cada libro, con calma y sosiego, una dedicatoria diferente.
Uso una pluma estilográfica de lujo y mi letra no desdice de la del mejor amanuense, mis dedicatorias son pequeñas joyas literarias, pensadas para cada libro y para cada lector.
A veces me dicen que no me parezco nada al retrato que figura en la contraportada.
__ Es verdad, digo, yo no soy el autor, sólo un “dedicador de libros”, y me dedico en cuerpo y alma a los lectores.

Sonrío y firmo: “P.O.” por orden, del autor, naturalmente.

Mariano Ibeas

lunes, 5 de abril de 2010

LA SANGRE QUE HA PERDIDO....


La sangre que ha perdido
mi nuevo corazón .



Me redimo en el dolor

y en la fuerza de la sangre,

“la sangre que ha perdido mi nuevo corazón “*



Si pudiese un punto

volver a mis raíces

taladrar el tiempo en busca de salida

descorrer la noche como cortina de sombras

alumbrar la luz

como nuevo nacimiento…

sangre nueva, hombre nuevo

libre de lazos y alianzas,

libre para volar…



y sin embargo

yo me descubro lavado por la sangre *

como un recién nacido,

la sangre de mi nuevo corazón marcó mi puerta:

el ángel exterminador pasó de largo,

soy libre

y ya podré volar.



* Cita de Olga Bernad



Mariano Ibeas

miércoles, 31 de marzo de 2010

TERTULIAS EN ZARAGOZA


De el "Heraldo de Aragón", lunes 29 de marzo de 2010, pag. 55:

Dedicado a Dorita Puig, en Alemania ... y a Ewa Jaworska en su Polonia,

que un tiempo participaron activamente en la tertulia del Van Gogh

Tertulias de Zaragoza: algo más que palabras
R. C. L. ZARAGOZA 29/03/2010 a las 06:00
Literatura, cine o teatro son algunos de los temas que centran la actividad de las numerosas tertulias que existen en la ciudad, algunas con varias décadas de vida. Pero sus miembros, desde adolescentes a octogenarios, promueven y participan en muchas actividades.
Longevas como la Tertulia Teatral de Zaragoza (fundada en los años 60) o recientes como La Casa de Zitas (con solo 18 meses). Clásicas como la Tertulia Poética de la Asociación Aragonesa de Escritores o heterodoxas como la Tertulia Albada. Sean como fueren, las muchas que animan la capital aragonesa son algo más que reuniones donde charlar.
Pablo Lumbreras, presidente de la Tertulia Teatral, recuerda que su primera sede fue el "saloncillo" del Teatro Principal, que se llenaba... aunque a veces fuera "para ver bajar a las coristas de las revistas", cuenta riendo Lumbreras. Fue tan relevante que llegó a recibir el Premio Nacional de Teatro. "Se montaban obras, se buscaban figurantes para teatro, ópera y películas...", explica Lumbreras. Recuerda divertido que una vez, cuando reunían extras para un filme, "se apuntaron varias prostitutas que querían hacer de monjas".
Ahora, sus actividades se limitan a la reunión de algo más de media docena de tertulianos los sábados por la mañana en el café Nueva York de San Vicente de Paúl, algunos recitales poéticos (ahora preparan uno sobre Miguel Hernández) y la presencia en actos como los de la Feria del Libro. Lumbreras explica que trata de "mantener el fuego de esta tertulia, que fue muy importante, porque me fastidia que se vaya al carajo".
Y es que en la lista de las extinguidas, además de la prestigiosa Niké, hay otras como la del Club Cultural 33, "que ya no hay forma de resucitarla", cuenta Emilio Quintanilla, que perteneció a ella y ahora coordina con Rosendo Tello y Ángel Sobreviela la revitalizada Tertulia Poética de la Asociación Aragonesa de Escritores.
Esta, que sigue los cánones clásicos, reúne una vez al mes en la Biblioteca de Aragón a un poeta invitado con alrededor de una veintena de tertulianos, sentados en círculo para charlar de versos y temas aledaños. Por ella han pasado Ángel Gracia, Nacho Escuin, Luisa Miñana o Miguel Ortiz Albero.
También de corte clásico, pero en torno al cine, existe desde 1996 la Tertulia Perdiguer, presidida por Ramón Perdiguer, en cuyas bodegas de la calle San Pablo se reúnen sus casi 40 tertulianos una vez al mes, para charlar con Jaime Esaín como moderador. El rango de edades va de los 20 a los 80 años y sus miembros son activos participantes en ciclos y festivales de cine.
Otra que no parece tener problemas para captar miembros es la Tertulia Albada, que preside José Luis Blas y cuenta con 125 socios activos más un centenar de participantes esporádicos. Fundada en 1982, ocupa ahora un local de la calle Fray Julián Garás, donde los viernes se habla de "temas de actualidad, sociales, políticos, de salud, culturales...", enumera Carlos Tundidor, uno de sus miembros.
Pero, además, Albada lo mismo mantiene grupos de yoga que organiza debates de cine, un concurso anual de relatos cortos (que se fallará el 17 de abril) o excursiones de distinta índole, como una próxima a Orihuela coincidiendo con el centenario del poeta Miguel Hernández, nacido allí.
Para mantenerse en contacto, los socios no han dudado en usar -aparte de una revista que se edita desde hace 20 años- las nuevas tecnologías: hay un blog y se emplean correos electrónicos y 'sms' para informar a los miembros, la mayoría de edades entre 40 y 60 años.
Hasta la Tertulia Literaria del Centro de Mayores La Jota (iniciada en el año 2000 y formada por más de una veintena de personas) se ha apuntado a Internet y cuelga en un blog sus reuniones. Hacen lecturas "de temas diversos, principalmente narrativa, historia y biografías" y los tertulianos solo tiene una norma: "Respeto a todas las opiniones y moderación en los adjetivos calificativos", precisa Luis Picó, su coordinador.
El respeto es también el único requisito imprescindible para participar en las muchas actividades de La Fragua Bohemia, asociación cultural fundada por la creadora de la editorial La Fragua del Trovador, Mª José Carvajal, entre cuyas iniciativas está una 'cena de confraternización' anual entre varias tertulias. "Hubo una época en la que estaba mal visto que si eras de una tertulia fueras también a otras, y eso me enfadaba", aclara Carvajal.
En la de 2009, hubo 120 personas de las tertulias La Republicana, Van Gogh, Mujeres del Picarral, Casa de Zitas, Los Incrédulos de Casablanca, Rey Fernando de Aragón, Argensola y Fuentes de la Mentira. Entre los invitados, el escritor José Luis Corral y Miguel Ángel Tirado, Marianico el Corto.
La Fragua, de contenido sobre todo literario, tiene citas los últimos martes y jueves de cada mes, una en la Biblioteca CAI Mariano de Pano y otra como Club de Nubepensadores en la Biblioteca de Aragón. Edita una revista, organiza recitales, visitas culturales y conciertos, y en Navidad publica un libro con textos de sus tertulianos, cuyos beneficios se donan a una ONG. De sus miembros, la menor tiene 23 años y la mayor, 85. "Hay más mujeres que hombres", señala Carmen Salas, secretaria de la asociación y 'pluritertuliana'.
Como María Otal, que los lunes no se pierde la sesión de la tertulia poética Van Gogh, en cuya fundación en 1988 participó y cuya longevidad atribuye Otal a que es una "tertulia abierta a todo".

jueves, 4 de febrero de 2010

SALINGER


El guardián entre el centeno.

"Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco. A D.B. tampoco le he contado más, y eso que es mi hermano. Vive en Hollywood. Como no está muy lejos de este antro, suele venir a verme casi todos los fines de semana. El será quien me lleve a casa cuando salga de de aquí, quizá el mes próximo. Acaba de comprarse un Jaguar, uno de esos cacharros ingleses que se ponen en las doscientas millas por hora como si nada. Cerca de cuatro mil dólares le ha costado. Ahora está forrado el tío. Por si no saben quién es, les diré que ha escrito El pececillo secreto, que es un libro de cuentos fenomenal. El mejor de todos es el que se llama igual que el libro. Trata de un niño que tiene un pez y no se lo deja ver a nadie porque se lo ha comprado con su dinero. Es una historia estupenda. Ahora D.B. está en Hollywood prostituyéndose. Si hay algo que odio en el mundo es el cine. Ni me lo nombren."

Recuerdo que leí este texto en los años 80, seguramente en la edición de Alianza, en 1978, con la traducción de Carmen Criado; La contraportada decía: "Enmarcada en la mejor tradición americana del protagonista rebelde que rechaza los convencionalismos de la sociedad... narra la crisis de un adolescente en busca de la autenticidad frente a la hipocresía del mundo de los adultos. Narrada en primera persona y totalmente en lenguaje coloquial, constituye un auténtico testimonio generacional" ... ya han pasado dos generaciones desde entonces y no recuerdo que suscitase en mí mayor interés; mi adolescencia y los años de rebeldía hacía tiempo que se habían atemperado y tanto el personaje como el autor me parecieron un poco "tíos raros".

Yo lo atribuía quizás a la traducción y a mi formación e influencia cultural más bien francesas, cuando muy poca gente era capaz aquí de leer literatura anglosajona en versión original... Años más tarde intenté que lo leyeran mis alumnos... y coseché un sonoro fracaso y hoy sigo pensando en que "no sé qué le ven "al guardián entre el centeno" , un título bastante ridículo para mi, __ y no soy el único__ , pero parece ser que es un libro de culto, con más de 30 millones de ejemplares vendidos.Debe ser también el producto de la "colonización cultural" que nos invade.

Aquí con "El árbol de la ciencia" de Baroja, de lectura obligatoria entre los bachilleres, no debemos ni llegarle a la suela del zapato... ¿o sí?

viernes, 1 de enero de 2010

GERVASIO SÁNCHEZ Y SU BLOG


“YO LO VI” (Publicado en Heraldo de Aragón el 31/12/2009)

Hace un año empecé este blog que se ha ido publicando en la edición digital y escrita de Heraldo de Aragón y en soitu.es, un portal de internet que cerró hace dos meses. Quería homenajear al gran pintor aragonés Francisco de Goya coincidiendo con el bicentenario de Los Desastres de la Guerra. No sabía cuántas entradas iba a hacer, ni siquiera qué temas iba a tocar. Tenía claro que sólo iba a hablar de lo que conozco de primera mano. “Yo lo vi” (como tituló Goya su desastre 44) debería ser el primer principio de cualquier decálogo periodístico. Al final he escrito 82 textos que en la edición en papel de Heraldo se han publicado acompañados por los 82 Desastres que grabó Goya entre 1810 y 1815.

Tengo que confesar que durante años me negué a escribir un blog. De hecho, este blog no es muy ortodoxo. Los textos son largos y los he escrito de forma esporádica. Durante mi estancia en agosto en Afganistán todos los días di de comer al bicho y, en cambio, ha habido temporadas de hasta un mes sin introducir ningún texto nuevo. Este blog, por tanto, es casi la antítesis de lo que supuestamente debe ser un blog.

Me negué porque creo que escribir un blog de calidad es muy difícil y mantener el ritmo diariamente es una tarea imposible. Por lo menos para mí. Los periodistas somos tan humanos como el resto de los ciudadanos. Hay días que nos levantamos con muchas ganas de escribir y las ideas fluyen solas y otros que cerraríamos el ordenador de un golpe.

Tengo amigos que llevan años escribiendo blogs. Muchos están cansados de los insultos anónimos y algunos han dejado de escribir en determinados portales desesperados por los continuos ataques. Siempre he sido partidario de que se publiquen las críticas más duras a mis artículos e, incluso, he aconsejado a lectores furibundos que limpien sus textos de insultos para conseguir que sean publicados.

Como todos sabemos una carta al director de un diario tiene que ir firmada para que se publique y sólo se publica si es respetuosa. Es cierto que hay diarios que no publican críticas muy constructivas. La visión negativa que tienen los ciudadanos de los periodistas tiene mucho que ver con la prepotencia con la que muchas veces se actúa en las redacciones. Soy partidario de que las páginas de cartas al director se amplíen. Acepto el anonimato, pero me parece curioso que alguien se escude en él para insultar o denigrar a otra persona.

Internet ha democratizado la opinión y ha permitido que muchas personas puedan publicar lo que piensan en tiempo real sin filtros de ningún tipo. La red está repleta de foros muy interesantes y hay temas estrellas que mantienen aferrados al teclado a miles de cibernautas. Pero también hay personas que aprovechan la libertad absoluta para convertir cualquier debate en una retahíla de insultos. Muchos se refugian en el anonimato para escribir lo que nunca se atreverían a decir en público.

Durante este año miles de personas han escrito comentarios a los textos publicados en Los Desastres de la Guerra. Desde el primer día pedí a soitu.es que evitase censurar ningún comentario por muy duro o insultante que fuese a pesar de que el portal advertía que “los comentarios inapropiados serían borrados”.

En el mes de enero escribí varios artículos sobre los bombardeos israelíes contra Gaza. Algunos lectores aprovecharon el anonimato para verter comentarios muy ofensivos. Soitu comprobó que nueve de los primeros 18 comentarios procedían de la misma persona y pidió al comentarista que dejase de mandar textos insultantes. A continuación, un lector, también anónimo, envió el siguiente texto: “Pienso que la libertad de opinión debe respetarse cuando haya argumentos, si no los hay debe censurarse por el bien del foro”.

Los escritos sobre los Balcanes, Colombia, el racismo en Guatemala, las fosas comunes en España provocaron la llegada de escritos muy ásperos con el autor. Algunos ciudadanos colombianos o guatemaltecos no aceptaban que un extranjero hablase de sus países y, menos, si es español. Otros me acusaban de no haber estado nunca en Colombia, un país que conozco desde hace más de 20 años, y desde donde estaba escribiendo los textos que se publicaban.

La memoria de nuestra Guerra Civil se sigue utilizando en España como arma arrojadiza. Algunos comentaristas críticos con la búsqueda de las fosas comunes admitían que seguramente tendría otra opinión si hubiese casos de desaparecidos en sus familias. Pero otros simplemente insultaban a las víctimas.

En cuanto a los comentarios que llegan a través de Heraldo, yo soy el primero en leerlos. Como no quiero ser juez y parte, decidí que no censuraría ningún comentario enviado aunque incluyese los insultos más violentos. Fue también en el mes de enero cuando recibí los ataques más furibundos coincidiendo con mis textos sobre el conflicto israelí-palestino.

Un lector insultó también a un compañero de la redacción de Heraldo y me vi obligado a hablar con el director, que decidió enviarle un texto a su correo electrónico en el que se le recordaba que “no está permitido escribir comentarios injuriantes y nos reservamos el derecho de eliminar los que consideramos que violan de forma reiterativa las normas básicas de respeto a las personas”. No obstante, decidí actualizar los comentarios enviados por el comentarista intransigente y se pueden leer en la entrada “La conciencia enterrada en un ataúd” publicada el 11 de enero.

En el preciso momento de escribir el último texto de este año me queda por actualizar un solo comentario a la entrada “La cobardía de los políticos débiles”. Lo envió un tal Enrique a las 14,38 del 26 de noviembre y era muy escueto: “eres un cobarde de mierda”. Sería justo que esta sublime e imaginativa frase, tan corta como uno de los magníficos cuentos de Augusto Monterroso, se quedase anclada donde se merece: en el estercolero del lenguaje. Pero le doy el visto bueno ahora mismo para no quedarme con el mal sabor de boca de haber censurado a un proclive escritor de insultos.

Mi idea es continuar este blog durante el año que entra y así acercar a los lectores a situaciones conflictivas alejadas de sus vidas cotidianas. Espero que siga habiendo el mismo interés y una buena participación en los foros. Feliz Año Nuevo.