2.- Los emigrantes
Los primeros desaparecieron finalizado el verano aprovechando un viaje del camión que llevaba paja hacia el Norte, hacia Bilbao. A Santiago e Ismael les hicieron un hueco en la cabina del camión y tras muchas horas de viaje aterrizaron en torno a la plaza Zabalbide… y ya no volvieron al pueblo. Después de las faenas del verano allí no había nada que hacer, se acabaron las faenas, había muchas bocas en casa y pocos recursos, la tierra y el ganado no daban para más y las campañas de arreglo de carreteras o plantación de pinos era esporádicas… nada que hacer, dieciséis años y el mundo por delante. Ellos fueron los primeros, encontraron trabajo, una pensión barata y año tras año fueron siguiendo los hermanos… Otros se fueron a Barcelona, o a Madrid, o a Rentería.
Volvían al final del verano, se tenían noticias de algunos que “estaban bien colocados”, incluso en algún Banco, como Teo; los que no tuvieron tanta suerte tampoco lo contaron.
La primera familia que levantó el campo fue la de la Señora Clemen. Algunos pensaron que se habían vuelto locos. Eran ocho o nueve hijos y la viuda. Pusieron en venta todos los bienes, la casa las tierras, los aperos, los subastaron todo, incluidos los cacharros de la cocina y se marcharon a Barcelona y nunca más volvieron tampoco.
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