436
Ritmo y poesía:
Lo bebieron en la calle,
destilaron la luz
en la primavera de los charcos
y desde entonces,
intentaron nadar en vano
hacia la orilla inexistente;
la sucia claridad de los adoquines
tras la lluvia
devuelve al mirada
y es ceniza,
goma requemada, hollín
y golpes bajos
que resuenen en el aire
al paso del tranvía
en el vientre de la ciudad
y no amanece
todavía.
Mariano Ibeas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Soy un torpe, por error te puse el comentario el 17 de febrero, así que te lo repito:
Arde sin llama,
escondiendo su calor
bajo el gélido aire
de su alma perdida.
Arde en deseos
que se apagan
en el infinito frío
de una noche cerrada.
Ven, me dice.
Y yo acudo presto,
enhiestas las armas,
hacia su frío lecho.
Construimos mil fantasías
sobre cuerpos fundidos.
Pasión y sexo.
Delirio y éxtasis.
Acaba la noche.
Y lo que antes era piel
ahora sólo es recuerdo.
Recuerdo de un sueño.
ESTE ES UN INTENTO DE AGRADECIMIENTO POR TU VISITA A MI BLOG. ESPERO QUE SEPAS DISCULPAR MI POCO SENTIDO LITERARIO. UN SALUDO
Publicar un comentario