recorro con mis dedos torpes
el mapa irregular de tus deseos
y son mis ojos la piel,
mis dedos la serpiente,
reptan acechantes
_ acompañan el calor
y el color de otra piel_
mis dedos – balbuceos
desconocen el lenguaje
y la clave – sésamo
que abre los senderos,
las puertas, las ventanas,
las cuevas escondidas
los puertos
de partida y de arribada
los rincones de sombra
y de reposo
la paz de la ensenada
las playas de tu cuerpo...
mis torpes dedos ciegos
apenas silabean
el críptico lenguaje
que emerge de los sueños:
diálogos de la piel,
teatro de sombras,
volúmenes, cóncavos escenarios
aristas, cumbres y vaguadas
profundos pliegues,
surcos entre surcos
surcados por la vida
recorro los capítulos
uno tras otros
de la aprendida historia
tan nueva y tan antigua
_ buena para olvidar _
que emerge del polvo de los siglos
y cuento las escenas
ya vividas
las vidas superpuestas
que forman la hojarasca
profunda de la tierra...
¿otros leyeron antes
el libro de tu piel?
¿y cómo lo entendieron?
¿buscaron también entre tus hojas
las últimas respuestas?
¿ siguen recordando tu piel
en la yema de sus dedos?
¡qué torpes mis dedos
entre las líneas de tu piel!
Mariano Ibeas
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