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11.- Tu nombre
sacia la ansiedad que muerde *
(Sobre un verso de Olga Bernad, (Puro azar")
Tu nombre es una
grieta en la pared de mi tristeza,
un hueco en el
vacío,
se extiende el
horizonte en los cristales
y desaparece con
la niebla…
nada hay
más allá,
la superficie tersa
del papel
y un nombre
__vacío de
entidad, sólo sombra,
rastro de tinta
en el papel__,
un nombre y una
fecha
y luego nada;
quise rescatar un
tiempo la memoria
y ya era ida:
no hubo vuelta
atrás
sólo los cantos
de sirena llegaban desde lejos
y yo aherrojado
al mástil de los sueños,
amarrado al duro
banco de los días,
ciego y sordo a
tu llamada…
el tiempo no
perdona los errores,
y sin embargo,
la lluvia me trae
a la memoria de mis dedos
el suave roce por
la piel de los deseos,
el eco de tus
pasos,
tu imposible
llegada…
tan sólo si
pudiese, disfrazado de Orfeo,
cruzar el umbral,
beber las aguas
del olvido,
podría alcanzar a
rescatarte de tal suerte
con sólo
pronunciar tu nombre…
__ ¡Eurídice!__
pero no hay más:
los pasos que me
alejaron de tus pasos
marcan la
distancia que separa las dos orillas
y vuelven cada
vez, en forma de ansiedad
a borrar el cerco
de ceniza,
un mordisco más
que me aproxima
al abismo donde
esperan
las garras
abiertas del olvido,
el golpe vacío de la muerte…
Mariano Ibeas


